Valle de Cieza a Cabuérniga


Adentrándonos en el monte Cieza Sur, es como si estuvieras en otro lugar, esperando que en cualquier momento apareciera algún ser mitológico. Árboles centenarios, parasitados por líquenes y musgos, hacen del bosque un lugar encantado. El paso por el mismo, se hizo corto, absortos y disparando nuestras cámaras, ante tal lugar, el tiempo volaba. Continuado la marcha, el tiempo, siempre cambiante con sol, niebla y algo de lluvia. Toda la ruta, una maravilla reconfortante para la visión, eso sí, apoderándose el cansancio por las horas de marcha. La llegada al parque de Ucieda y la reposición de fuerzas con la comida, fue ampliamente confortable para los cuerpos cansados.
El grupo, compacto como siempre, demostrando un gran compañerismo, para que lleguemos a nuestro destino, sin tener que lamentar ningún contratiempo.
© Fotografía Pellón
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